El nombre del Paso del Ceibo lo lleva porque así lo nombraron sus antiguos pobladores. Fue y aún es, un abrevadero de ganado, ya no es un alzadero de agua, que llevaban las mujeres a sus casas, en tinajas y baldes para el consumo. Fue lavadero, en que las mujeres más allegadas golpeaban sus piezas de ropa sobre los empedrados de la playa. Fue deporte de pescadores y atracadero de canoas, de aquellos propietarios de fincas al otro lado del Cauca. Sirvió de balneario a muchos que en los veranos se agolpaban bajo su fresca sombra, se forjaron romances de enamorados, riñas de gallos y palabras acaloradas de tomatrago, donde rodó el dado en las ruanas de los tahúres. Sitio privilegiado de los niños para jugar bolas y en los febreros, la ensordecedora retreta de las cigarras.
Y ASI LUCIA HACE MUCHOS AÑOS...
Por José Julio Millán, Historiador popular de Robledo.
Fuente origianal: http://robledovalle.blogspot.com/
#Elmero...
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